El régimen cubano, que tiene cada vez un espacio más reducido de maniobra, apuesta porque la población no se percate de su propio protagonismo. Pero más allá del arrollador movimiento invasivo de los medios de comunicación y las redes sociales, imposible de detener sin tener la certeza de quedar fuera de conexión con el mundo, el aumento de los intercambios interpersonales conforma profundos cambios sociológicos y culturales en la población.
Gracias a la concatenación con la ola liberadora que sacude al mundo los cubanos vuelven a redescubrir su maltrecha y secuestrada pertenencia a la cultura occidental, abandonando los gastados ropajes del pobretón y pusilánime Hombre Nuevo que aún se les intenta hacer portar.
Dr. Darsi Ferrer
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