El periodista cubano Adrián Leiva, en carta al canciller Bruno Rodríguez, previa a su muerte mientras intentaba ingresar a Cuba clandestinamente:
Ningún delincuente ni mercenario se inmola como último recurso en defensa de sus derechos humanos. No se puede continuar acusando inmerecidamente de delincuente y mercenario a cada cubano que intenta reclamar sus derechos.
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