El Consejo de Relatores de Derechos Humanos, organización disidente con sede en Cuba, hizo este jueves un llamado urgente a la opinión pública internacional “para que gestione a la mayor brevedad la libertad de los prisioneros de conciencia cubanos que se encuentran extremadamente enfermos (…) pues su delicado estado de salud los hace incompatibles con el régimen carcelario”.
El Consejo relaciona diez casos de presos políticos con enfermedades severas, de los 75 encarcelados durante la oleada represiva de marzo de 2003. “Están en estado calamitoso por las torturas y el premeditado aniquilamiento político, las precarias condiciones carcelarias y el riguroso castigo”, indica el documento.
Entre los casos mencionados está el de Ariel Sigler Amaya, quien continúa ingresado en el Hospital Julito Díaz en la Habana, desde donde reiteró telefónicamente al Consejo de Relatores:
“Me encuentro peor que cuando me ingresaron, pues han aparecido otras afecciones. Cuando me encarcelaron en marzo de 2003 yo era un hombre completamente sano, pero la Seguridad del Estado me está asesinando, me ha ido aniquilando poco a poco. He perdido casi la mitad de mi peso corporal. Ahora padezco de un síndrome de mala absorción gastrointestinal, gastritis y faringitis crónicas, enfisema pulmonar, cálculos en la vesícula biliar, trastornos en la columna cervical, mareos, decaimientos, fatigas, inapetencia, vómitos, hemorroides, tengo una bacteria en la garganta, estoy hipotenso y en silla de ruedas”.
Fuente: Cambio-Debate Cuba
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