Wendy Guerra en su blog de El Mundo, sobre los actos de repudio organizados por el gobierno cubano contra quienes disienten:
Hoy los cubanos no salen a golpear a nadie “espontáneamente”. Hay muchas razones para constatarlo. Si queremos verlo de modo simple, diré que la vida diaria es demasiado compleja como para dejar de 'resolver' la cotidianeidad e irse, durante horas, a emplear su valioso tiempo en un acto de repudio, reedición de aquellos que contemplé asombrada cuando apenas levantaba una cuarta del suelo, vestida de pionera en 1980 (…) Terminemos de una vez este ejercicio que se propone contener con pánico lo que no aceptamos por pánico. Basta. Enfrentemos nuestra histeria histórica y calmemos nuestros instintos tribales. Mañana nadie recordará que arrastró, pero sí las veces que lo han arrastrado. Hoy puedes repudiar entre laureles, pero más tarde serás tú el repudiado. La historia la cuenta el vencedor, nadie vence diciendo malas palabras y haciendo ruidos con una cazuela. Los que no saben de qué se trata el disturbio pasan por la calle asombrados: ¿Acaso volvieron los 80?
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