En Orlando Zapata Tamayo Blog:
El Arzobispado de La Habana anunció ayer la inminente excarcelación y destierro de cinco presos políticos del llamado “Grupo de los 75” y la intención del gobierno cubano de excarcelar a otros 47 en los próximos meses. La perspectiva de que salgan estos cubanos honrados y perfectamente inocentes de las prisiones horrendas en donde han dejado salud y buena parte de sus vidas nos debe alegrar a todos; por ellos, por sus familias, por sus seres queridos. Ésta es una victoria de todos los que hemos abogado por ellos y guarda un vínculo especial con el sacrificio supremo de Orlando Zapata Tamayo.
No fue el nombre de Orlando Zapata Tamayo, sin embargo, lo que destacaban ayer los titulares de prensa tras anunciarse la noticia de las excarcelaciones, sino la “mediación de la Iglesia” y la visita a la isla del canciller español Miguel Ángel Moratinos. Sin disminuir el papel que ellos han jugado en esto, es sólo justo recordar que la política de España hacia Cuba no ha cambiado en lo absoluto durante los últimos años; tampoco las posiciones y actitudes de la jerarquía católica cubana ni las del propio régimen, que mantiene vigente un código penal draconiano, arbitrario e ilegítimo que permite seguir encarcelando a los cubanos por motivos de opinión. El único factor novedoso con repercusiones políticas en la realidad cubana durante el año que transcurre fue la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo el pasado 23 de febrero y la intensa ola solidaria con los presos políticos y de condena al castrismo que esa muerte generó. Es imposible olvidar o permitir la ocultación oportunista de este hecho.
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