El régimen castrista lejos de abandonar su represión contra la oposición pacífica la incrementa. Desesperadamente aspira evitarse la repetición de los ejemplos de Túnez, Egipto, Libia, y de otros países del Medio Oriente, donde la población se lanzara a la calle de modo masivo y determinado exigiendo libertades.
Los gobernantes de la dictadura identifican a la oposición como la posible guía de esa revuelta, obviando el hecho de que ninguna de las rebeliones de la Primavera Árabe ha sido encabezada por opositores conocidos. Consideran que el reducido grupo de ciudadanos que conforma la oposición en la isla representa el peligro de una indoblegable resistencia moral a sus diseños totalitarios. Por lo tanto, están dispuestos a tomar medidas extremas para aplastarla. Las confusas circunstancias en que murió la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, o la reciente muerte de Wilman Villar tras una huelga de hambre de 50 días, hacen sospechar que hasta hayan estructurado el diseño del asesinato selectivo de opositores.
Darsi Ferrer
No hay comentarios:
Publicar un comentario