En un artículo publicado en el diario oficialista Granma, en el que por primera vez se alude a la huelga de hambre protagonizada desde hace doce días por el periodista independiente Guillermo Fariñas, el régimen de los hermanos Castro asegura que no aceptará presiones ni chantajes y se lava las manos ante la situación responsabilizando de la eventual muerte del activista a él mismo y a “los apátridas, diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan”.
Fariñas pide la liberación de unos 20 presos políticos que se encuentran en precarias condiciones de salud en las cárceles castristas, todos ellos detenidos y condenados injustamente, tras simulacros de juicios, durante la oleada represiva de 2003, que llevó a la cárcel a 75 opositores y periodistas alternativos en Cuba.
El periodista independiente, que realiza huelga de hambre desde su vivienda en Santa Clara, al centro de la Isla, se encuentra en “un proceso de deterioro notable”, según reconoce el propio régimen cubano.
El disidente ha denunciado que Raúl Castro dio órdenes de que lo dejen morir, tras recibir mensajes de antiguos compañeros de armas que le advierten de esta decisión. En carta enviada al actual gobernante cubano, el activista llama la atención sobre este hecho:
“Quien suscribe fue combatiente en la República de Angola y de haber continuado en la vida castrense, ostentaría el grado de Coronel. Tres compañeros de armas míos, muy cercanos a usted, me han enviado sendos mensajes, para ponerme al tanto que usted dio las órdenes pertinentes para que se me dejara morir, tras el escándalo internacional por el asesinato de Orlando Zapata Tamayo, y para que la huelga de hambre que llevamos a cabo un grupo de cubanos, cese”.
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