El Papa Benedicto XVI abandonó este miércoles Cuba tras entrevistarse con un Fidel Castro visiblemente desmejorado y pedir espacios de libertad y pedagogía para la Iglesia en la Isla, así como una sociedad “abierta y renovada”.“Queridos hermanos, ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”, dijo el Papa en Santiago de Cuba.
Varios centenares de disidentes fueron arrestados o retenidos en sus casas, y sus celulares intervenidos, durante la visita papal. También fueron detenidos y golpeados ciudadanos que se manifestaron públicamente contra el gobierno durante las misas en La Habana y Santiago. Cámaras de canales extranjeros registraron al menos dos casos, uno en cada ciudad.
"A la vez que Cuba desea una transición, el Papa y la Iglesia quieren que sea digna del ser humano, digna del cubano (…) La Iglesia desea un aterrizaje suave, pero un aterrizaje que abra un futuro de esperanza”, dijo en la Catedral de La Habana Thomas Wenski, Arzobispo de Miami.
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